Los Menores Extranjeros No acompañados son una categoría aparte , una representación del fracaso de las políticas exteriores y patrias y del sistema en su más amplia acepción. Pero aparte de esto no son contemplados como deberían , como lo que son niños/as y adolescentes sino como parte de un fenómeno peligroso y amenazante.
No es mi intención analizar en este post ese fenómeno , ya que sería un análisis más propio de otros escenarios por su complejidad y relevancia , sino ofrecer una muestra de como y porqué las palabras y los conceptos no son neutros sino que más bien al contrario encierran intenciones , en ocasiones perversas.
No nos damos cuenta del reverso de las palabras , o del poder de estas para generar ideas a la medida de cada uno, ideas que a su vez generan más palabras perversas. En cada término se esconde más que un concepto, se esconden intereses , ideologías , las más diversas motivaciones…. Por esta razón lo primero es desmigar las palabras para encontrarlos.
MENAS es una de esas combinaciones perversas de letras. Esta desafortunada combinación se ocupa de marcar la diferencia, y lo hace desde la mayor de las redundancias para despejar cualquier duda al respecto.
MENOR es un término que encierra muchos significados pero al que no se puede despojar de su carácter comparativo- algo es menor que algo- , y cuando se utiliza relacionado con una determinada etapa de la vida – la infancia y adolescencia- genera dudas sobre su aparente neutralidad. ¿ Acaso cuando hablamos de nuestros hijos , sobrinos , alumnos , o los niños/as de nuestro barrio lo utilizamos? , no lo hacemos, hablamos de niños , niñas , jóvenes , chavales …..se utiliza fundamentalmente para referirse a determinados niños/as y jóvenes – menores tutelados , centros de menores , menores en acogida , menores en conflicto…en definitiva , niños /as a los que añadimos una etiqueta para diferenciarlos del resto. Y nosotros los educadores/as sociales lo utilizamos sin ser conscientes de estas cuestiones, seguramente desde el convencimiento de que como ser menor conlleva un grado añadido de vulnerabilidad utilizarlo es, de alguna forma ,reconocerla.
Ser EXTRANJERO supone jerárquicamente algo más que ser inmigrante , pero es un ejemplo más de la redundancia diferenciadora a la que me refiero. “Ser algo” es pertenecer una categoría cerrada a la que no se puede dejar de pertenecer y existe el riesgo cierto de invisibilizar las diferentes dimensiones de un individuo al categorizar alguna de ellas . Todos somos extranjeros en alguna parte y en algún momento y dejamos de serlo en otros , por ello no es una situación irreversible y no debe constituir una categoría . En este caso se trata de dejar claro que no son nuestros niños/as , son los niños de “los otros” , no los sentimos cercanos , no tenemos obligación moral de atender esa vulnerabilidad que reconocemos en “los nuestros” , y mucho menos de hacerlo desde el afecto.
Pero además estos niños/as y adolescentes realizan el duro proceso de migrar sin referentes adultos que les acompañen , dentro del mas absoluto y brutal de los desarraigos y cuando llegan a su destino su horizonte no es más alentador que el que decidieron- o decidieron por ellos- dejar atrás. Son los NO ACOMPAÑADOS y aquí comienza de nuevo la perversa relación de conceptos e ideas. Inevitablemente se piensa sobre las circunstancias de esa soledad y se les atribuyen características y connotaciones que les hacen diferentes también por esta razón ,convirtiéndose en los “hijos de nadie”, los no amados por nadie.
Y esta es la idea que se esconde detrás de la palabra , estos niños/as son diferentes al resto ,y en ese proceso de diferenciación se pierde la esencia de su condición de niño/a.
No son nuestros pero tampoco son de nadie, viven y se desarrollan en el limbo de los afectos y esa debería ser la principal razón de su diferencia real , y no la construcción artificial de colectivo problematizado.